Del Revisionismo al Infantilismo

¿Del Revisionismo al Infantilismo?

En el océano de falacias, medias verdades y mentiras piadosas, nunca faltan los desnortados que dirigen sus pesquisas de historiador amateur hacia posiciones incoherentes, contradictorias, cuando no, absurdas.

Si hablamos de la digna y justa causa palestina, hay libros por escribir. Si algo no le falta a la defensa de la causa en su coherencia y claridad es la resistencia estoica y paciente de un pueblo oprimido por más de 6 décadas de limpieza étnica y masacres que superan toda comprensión humana. Pero si hay algo que le hace un flaco favor a la misma son justamente las actitudes de algunos, que creyéndose portadores de la verdad, no hacen más que errar el tiro, mezclar verdades para vender mentiras, cuando no dramatizar sus posiciones por considerarse víctimas de una supuesta falsificación.

Nos estremece el alma este dolor que sienten, sobre todo cuando en realidad, los que se debaten entre la verdad y la mentira, son las verdaderas víctimas de auténticos Holocaustos: los judíos, los negros, los gitanos... y otras víctimas del nazismo, y los palestinos.

En este rebaño que hace mella a la coherencia y su lógica interna frente a la maquinaria astuta y lúcida del sionismo asesino, hay facciones que suelen dar la nota por acercarse a todo lo que podríamos considerar digno de las Teorías de la Conspiración. Desde los Protocolos de los Sabios de Sion hasta cierto tipo de acercamiento (algunos de manera más que evidente) hacia una interpretación de la Historia que pretende en el fondo justificar lo injustificable: el odio a un grupo humano (sea este judío, cristiano o musulmán).

A la justa causa le ha costado no poco hacerles entender que sionismo y judaísmo no solo no son lo mismo, sino que en muchas ocasiones son absolutamente antagónicas. Testimonios vivos, activos y militantes confirman lo dicho. Declaraciones históricas recogen también lo que desde un principio sospechábamos todos.

Pero aún así, estos frustrados historiadores aprendices de brujo no contentos con la verdad abrumadora, intentan colgarse de cuanto testimonio y “revisionismo histórico” esté a su alcance con el claro objeto de poner negro sobre blanco una idea que (no sin maquillarla y relativizarla) está implícita: el Holocausto judío es un mito y se creó como justificación e instrumentalización del Holocausto palestino.

El amigo Leo Bassi escribía no hace mucho en su página un tremendo alegato contra los amigos de la contrainformación (sionistas) en su maravilloso artículo “Los sionistas son antisemitas” y dejaba meridianamente claro el método utilizado por muchos topos que pululan por la red tejiendo telarañas para dejar pegados a los incautos y así dividir el frente y romper lo que de coherencia y fortaleza tenga la justa causa palestina.

Hablemos claro. Aquello fue un genocidio. Lo de hoy es otro más y dura 62 años contra el pueblo palestino.

Lo que necesita esta justa causa es librarse de los amantes de la discordia y la división, los amantes de la confusión y el debate absurdo. Necesitamos aunar fuerzas y voluntades tejiendo un discurso compacto, coherente, indestructible en su lógica interna para luchar contra este astuto y lúcido sionismo capaz de travestirse de lo que necesario sea y aliarse con el infantilismo neófito más proclive al vedetismo que a la lucha incansable.

Es fácil sembrar en tierra fértil…

Fernando Casares